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miércoles, 22 de junio de 2011

El Perú de Humala

Rubén Aguilar Valenzuela (*)

MEXICO DF -La estrategia de la campaña electoral de Ollanta Humala, coordinada por los asesores enviados por el Partido del Trabajo de Brasil, el de Lula y Rousseff, hicieron ganar al ahora Presidente electo del Perú.

El exmilitar se presentó a las elecciones presidenciales del 2006 con un discurso y propuestas radicales que lo ligaban estrechamente con el también exmilitar, Hugo Chávez, presidente de Venezuela. Eso lo hizo perder.

Bajo la conducción de los asesores brasileños, Humala dejó el discurso radical y se corrió al centro. El proyecto ya no sería el de Chávez sino el de Lula. Los electores resolvieron sus miedos y votaron por él.

El mandato es de cinco años: termina en el 2016; la toma de posesión será el próximo 28 de julio. Él reconoce que su tarea principal en estos días es "generar confianza" en los mercados. La Bolsa recibió su triunfo con una caída histórica de 12.5 por ciento.

Humala se vio obligado a salir a calmar a los mercados afirmando que se seguiría la línea ya trazada y que incorporaría en su gabinete a los mejores técnicos e intelectuales del país para hacer un gobierno incluyente.

Las dudas sobre la gestión de Humala se van a resolver sólo en el ejercicio diario de gobierno. Ahora ha dicho que su propuesta de cambio de la Constitución no contempla la reelección del Presidente.

Ha reiterado también que su gobierno será respetuoso de la propiedad privada y que no se contemplan confiscaciones; tampoco nacionalizaciones. Ha dicho también que la inversión extranjera seguirá siendo bienvenida.

La política internacional del nuevo gobierno contempla como prioridad los países de Sudamérica y para eso se propone fortalecer la Confederación Andina de Naciones y la Unión de Naciones Sudamericanas.

Humala plantea que el centro de su proyecto sea el crecimiento económico con inclusión social y que espera que al término de su mandato se "pueda ir con un país mucho menos desigual".

El apoyo de Mario Vargas Llosa a la candidatura de Humala resultó importante. Él, cuando aspiró a la Presidencia de la República, fue derrotado por Alberto Fujimori, padre de la ahora perdedora Keiko Fujimori.

Para dar prueba de su cambio de ideología y de proyecto, que muchos aceptan pero otros dudan, Humala inició su primer viaje al exterior, ya como Presidente electo, por Brasil. En su encuentro con Dilma Rousseff, insistió en que el modelo a seguir era el brasileño.

Hoy, Perú es la economía que más crece en la región. Si Humala continúa la línea trazada por su antecesor, Alan García, el país seguirá presentando los mismos números. Su reto es la política social. Puede avanzar, pero no hacer milagros. Si asume eso, hará buen gobierno.

La gestión del nuevo Presidente estará vigilada por la prensa -un sector apoyó a Fujimori-, por las organizaciones ciudadanas y por personajes como Vargas Llosa. Humala se ha distanciado de Chávez, pero si quisiera imitarlo su capacidad de maniobra es escasa.

(*) Columnista de ContraPunto

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